Esa noche Maura se levantó de puntillas y salió de su dormitorio para dirigirse a la cocina que estaba a unos pasos y que también era de palmas, en Botaira por lo general, las casas estaban hechas de viga, palma y lodo, las había también de otros materiales, pero se acostumbraba tener por lo menos una casa de este estilo para refrescarse en los tiempos del calor intenso que era por lo menos durante siete meses del año, llevaba entre sus brazos a un viejo gato negro, se acercó al nextlinquero y con cuidado y sin pensarlo mucho para no perder el tiempo, se sacó los ojos y los depositó entre la ceniza, luego sacó los del gato de sus cuencas y se los acomodó para poder ver mejor de no...
más información